Yali Romagoza is a Cuban-born interdisciplinary artist whose work discusses issues of migration and the traumatic effects of cultural displacement on the female body. She uses performance, video installations, photography, drawing, and conceptual costume design. Because of her positionality as a Cuban immigrant, she created an alter-ego, Cuquita The Cuban Doll, to rebuild a cultural home in the U.S. art scene, where she often doesn't feel included or represented. Through her alter-ego, she illustrates how she inhabits an in-between cultural space of belonging and nonbelonging. She addresses feminist marginalization while poking fun at the misogynistic and racist stereotypes that particularly plague Latinas in the U.S. Romagoza's alter-ego references 'cuquitas cubanas,' a paper doll cutout distributed in magazines in Cuba during her childhood; instead of Barbies, she played with Cuquitas and Cuquita The Cuban Doll is how she renders herself visible within this U.S context. As a child, she endured the trauma of living through the great economic depression in Cuba. During this time, she found refuge within herself and understood her body as a space for survival. She builds her work from part of this autobiographical story, which becomes a platform to share the vulnerability, displacement, and otherness she has experienced. Through her work, she raises critical questions about the erasure of Latina diasporic artists within the mainstream art system. She encourages viewers to reflect on issues of discrimination and social injustice. Her background as a fashion designer supports her in expanding the aesthetic of Cuquita The Cuban Doll by crafting unique costumes that shift the behavioral patterns of her body. These shifts in embodied presence illuminate the issues she wrestles with within her work and beyond the artistic spaces she occupies.

Yali Romagoza es una artista interdisciplinaria nacida en Cuba cuyo trabajo aborda temas de migración y los efectos traumáticos del desplazamiento cultural en el cuerpo femenino. Utiliza la performance, las videoinstalaciones, la fotografía, el dibujo y el diseño de vestuario conceptual. Debido a su posición como inmigrante cubana, creó un alter ego, Cuquita La Muñeca Cubana, para reconstruir un hogar cultural en la escena artística estadounidense, donde a menudo no se siente incluida ni representada. A través de su alter ego, ilustra cómo habita un espacio cultural intermedio de pertenencia y no pertenencia. Aborda la marginación feminista mientras se burla de los estereotipos misóginos y racistas que afectan particularmente a las latinas en los EE. UU. El alter ego de Romagoza hace referencia a 'cuquitas cubanas', una muñeca de papel recortada distribuida en revistas en Cuba durante su infancia; en lugar de Barbies, jugó con Cuquitas y Cuquita La Muñeca Cubana es la forma en que se hace visible dentro de este contexto estadounidense. De niña soportó el trauma de vivir la gran depresión económica en Cuba. Durante este tiempo encontró refugio en sí misma y entendió su cuerpo como un espacio de supervivencia. Construye su obra a partir parte de este relato autobiográfico, que se convierte en una plataforma para compartir la vulnerabilidad, el desplazamiento y la alteridad que ha vivido. A través de su trabajo, plantea preguntas críticas sobre el borrado de las artistas latinas de la diáspora dentro del sistema de arte. Ella alienta a los espectadores a reflexionar sobre temas de discriminación e injusticia social. Su experiencia como diseñadora de moda la apoya en la expansión de la estética de Cuquita La Muñeca Cubana mediante la elaboración de trajes únicos que cambian los patrones de comportamiento de su cuerpo. Estos cambios en la presencia encarnada iluminan los problemas con los que lucha dentro de su trabajo y más allá de los espacios artísticos que ella ocupa.